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La Cabina de la Curiosidad

La arquitectura como construcción de relatos para el bien común

Con sede en Quito, Ecuador, bajo la gestión de Marie Combette y Daniel Moreno Flores, La Cabina de la Curiosidad es un laboratorio ambulante todo terreno que abarca arte, artesanía, diseño arquitectónico, concientización territorial, paisaje, procesos medioambientales, pedagogía y enseñanza, construcción, rehabilitación y gestión. Es desde esta multiplicidad de prácticas conjuntas que invitan a abordar la construcción de espacio común como un proceso abierto y de mucho movimiento.

Educación

Formación

Conformarnos en colectividad surge a partir de la necesidad de compartir quehaceres, de apoyarnos en investigaciones, además de sostenernos en nuestra práctica de manera conjunta. Cuando estamos acompañados somos más fuertes, estamos respaldados, crecemos juntos y nos alegramos de conseguir los objetivos que nos trazamos día a día.
Los brazos se estiran más allá de nuestros espacios, estamos vinculados con una colectividad de arquitectos quiteños e incluso de otras localidades del país, como un cuerpo grande de respaldo mutuo, compartiendo ideales, métodos y destrezas.

Cooperando articuladamente con el fin de sostenerse los unos con los otros, construyendo relatos hacia el bien común, acompañando y motivando las experiencias. Hay una búsqueda compartida de construir entornos de bienestar tomando en cuenta la sustentabilidad de nuestros hábitats.

Cabina móvil – Exploraciones Territoriales. Cortesía: La Cabina de la Curiosidad.

Enseñanza

Creemos que hay aprendizajes constantes en la vida diaria, que es fundamental tener un espíritu que siga buscando el conocimiento. Cada acto de la vida diaria y de la profesión expande la posibilidad de acceder a nueva información. Nos interesa aprender desde la experiencia, la convivencia y los diálogos.
Tenemos ‘vicios’ adquiridos por el aprendizaje de la profesión, ocupamos las herramientas arquitectónicas; una de las que más nos estimula y nos genera felicidad es el dibujo en inmersión, el relevamiento in situ, como una forma etnográfica de leer el espacio. Vamos narrando con trazos las historias que nos rodean. Entendemos que para desarrollarla de la mejor manera hay que tener constancia permanente para afianzar la propia técnica. Nos interesa tener un pensamiento lúdico, creemos firmemente que a partir de ello muchas cosas pueden ocurrir, incluso acercarse hacia una práctica artística.
No provenimos de una enseñanza artística como tal, sin embargo, las pedagogías en las que hemos estado inmersos nos han permitido construirnos como seres sociales creativos, la complejidad de la vida diaria nos ha estimulado para afrontarla de una manera poética y artística.

Aprendizaje

Estamos maravillados por la inteligencia colectiva en la solución de problemas específicos cotidianos; nos estimula el conocimiento ancestral adquirido a través del tiempo con el dominio de los materiales naturales; exploradores, botánicos, naturalistas de otras épocas nos han maravillado y nos han ayudado a la comprensión del lugar en donde vivimos.

También hemos sido influenciados por Georges Perec (escritor), Claude Levi-Strauss, Philippe Descola (antropólogos y etnógrafos), Julio Cortázar y Carol Dunlop en Los astronautas de la cosmopista y los escritores viajeros con esta idea de que cada territorio tiene su complejidad y las miradas y metodologías son amplias para generar lecturas.

Arquitectxs que han llamado nuestra atención han sido los siguientes: Lina Bo Bardi, Peter Zumthor, Carla Juacaba, Gabinete de Arquitectura, Rafael Iglesia, Ensamble Studio, Toni Girones, Rural studio, Flores y Prats, Patrick Bouchain, José María Sáez y Al borde.

El conocimiento que tiene cada uno de los miembros del equipo enriquece la visión conjunta ya que va cargada de saberes y anhelos que cada uno ha ido incorporando a lo largo del tiempo. Juntos nos potencializamos, poniendo por delante una voluntad de desarrollo compartido.

Procesos

Inicios

Hay mucha energía en conocer el nuevo encargo, de indagar, de conversar, de entender y de empaparse en información. Hay un disfrute de explorar todo lo que rodea sobre el nuevo proyecto, la cabeza chispea, hay mucho que procesar, las ideas brotan sin cesar, es un momento muy emocionante de reflexión, de poner en práctica nuestras propias filosofías y de enfrentarse a nuevos desafíos. Hay un ambiente de investigar a lo desconocido, de abordar lo intangible y de moldearlo hasta que pueda materializarse.

Procuramos que siempre estén incorporados nuestros valores, hay ideas generales que se repiten en las obras, tienen que ver con la huella de lo que se hace con referencia al territorio, analizamos el impacto de lo que vamos a hacer, de cómo podemos tocar con sutileza, de cómo se potencializa a las ideas y de cómo podemos llegar a calidades que contribuyan a la construcción de cada individuo.

Cuestionamientos

Las dudas son bienvenidas, eso nos permite ahondar sobre los procesos, ya que podemos indagar sobre ese tema que nos afecta. El miedo por su parte nos paraliza, no nos lleva a afianzar los pensamientos, nos restringe y limita. Buscamos huir del relato del miedo. El error puede provenir de muchos lugares, el trabajo constante busca bajar la cantidad de errores, a cada instante se trabaja sobre la idea de solución de “problema”. Al momento de construir todavía es muy amplia la posibilidad del error, tal vez por esa propia contraposición de la idea de perfección, que es algo que no existe, los materiales tienen un montón de cualidades y también podríamos catalogar como imperfecciones. Sin embargo, para nosotros es importante que los materiales sean lo que son, con sus rasgaduras, con sus defectos, con sus características intrínsecas. Eso dotará de calidades por la esencia del material. El trabajo artesanal conlleva un ejercicio con las manos, ese tocar a la materia impregna acciones que se evidencian con formas y texturas propias. Desde el inicio de nuestra profesión hemos estado trabajando y considerando a los artesanos, pensamos que es un trabajo que lleva tiempo, hay que valorarlo y considerarlo.

Archivo de las luchas sociales – La Cabina de la Curiosidad, Pablo Ayala, Silvia Vimos, Andrea Zambrano y Fernando Muñoz Miño. Cortesía: La Cabina de la Curiosidad.

Estrategias

Trabajamos con diversidad, buscamos abrir rutas para enriquecer los proyectos y los procesos. Hemos trabajado con clientes como si fuese una terapia psicológica, también hemos hecho procesos como si se tratase de una búsqueda de lenguaje gráfico como un libro de ilustraciones, hemos hecho arquitectura con diálogos eternos, hemos dibujado procesos en rollos de papel calco infinitos, hemos trabajado con la idea de inmersión creativa en la que absorbemos todo lo del entorno hasta el último detalle, hemos hecho exploraciones territoriales para entender a la realidad, hemos cuestionado a la forma del desarrollo urbano contemporáneo, hemos hecho activismo por medio de la arquitectura y el urbanismo, hemos trabajado con los recursos: reciclables, materiales naturales. Hemos trabajado con sistemas matéricos, hemos hecho actos poéticos como lo describe Jodorowsky, hemos realizado artilugios para que el ser humano mueva su espacio y lo dinamice para que la arquitectura responda al movimiento vivo.

Somos seres artesanales, entendemos al oficio como un acto honorable, como lo describe Richard Sennet en el trabajo con la mano. Nos interesa tocar la materia y generar aprendizajes a partir de estar en actividad constante. Nuestro espíritu se mueve en torno a ilustrar, dibujar, hacer cartografías por medio del redibujo, hacer lenguaje gráfico y en trabajar con herramientas de construcción, de manera autónoma principalmente en elaborar sistemas de madera.

Diálogos

Somos seres colaborativos, a través de distintos colectivos trabajamos constantemente con arquitectos, con colegas cercanos, con sociedades de nuestro entorno, con nuestros clientes, con los maestros albañiles, entre otros. Creemos en el trabajo en equipo, escuchamos, debatimos y actuamos. Hemos encontrado distintas necesidades colectivas a lo largo del tiempo, en esos momentos hemos considerado que si estamos juntos podemos conseguir el cometido: con el colectivo CUI (Colectivo Urbano Itinerante) realizamos dos proyectos ciudadanos para la apropiación del espacio público a través de actividades barriales. En el 2016, por motivo del terremoto que afectó Ecuador, principalmente la costa, logramos reunirnos entre colegas y generamos soluciones arquitectónicas para los afectados. El trabajo colaborativo surge de manera orgánica dependiendo de las circunstancias; lo importante es que estamos siempre abiertos a que suceda.

Proyectos

En proceso

Estamos reflexionando constantemente, ese es nuestro motor, es lo que guía nuestros días y se intensifica en momentos en donde estamos generando nuevas posibilidades de proyectos o cuando estamos sistematizando lo que hemos realizado previamente.
Estamos pensando sobre nuestro rol como arquitectos dentro de la sociedad, sobre la incidencia que tenemos como profesionales en la sociedad. Dicha incidencia la mayoría del tiempo es mínima; el arquitecto suele ser subutilizado en el accionar urbano ciudadano. Por esa razón, creemos firmemente que lo fundamental es hacer llamados de atención sobre los distintos temas que nos afectan diariamente a todos los habitantes, con el fin de hacer enunciados que buscan ser de carácter transformador. Es una manera de hacer activismo urbano para hablar sobre distintas calidades que nos merecemos desde una visión arquitectónica. Evidenciando de dónde provienen los recursos materiales, de cómo podemos ocupar los materiales reciclables que la ciudad nos ofrece, a dónde se va el agua que consumimos de la ciudad, de dónde proviene, cómo podemos hacer para tratarla, investigamos acerca del valor del territorio, de los materiales naturales, de la tradición y de la cultura reflejada a través de la arquitectura.
También son momentos que hemos estado dedicados a hacer libros, exposiciones, dibujos, investigaciones, ilustraciones, proyectando para construir desde la arquitectura vernácula, concursos, apropiaciones del espacio público, talleres y además construyendo nuestra propia comunidad en una casa del centro histórico de Quito, junto a Al borde, Ese Colectivo y Pinxcel.

En perspectiva

Buscamos que los proyectos que desarrollamos tengan aprendizajes de la realidad, en los que podamos ahondar en contenidos para enriquecer los procesos. Que cada uno nos narre las complejidades en las que se desarrolla, para que sean un reflejo de la amplitud de la vida misma.

Vamos a ejemplificar tres esencias de los últimos proyectos:

El libro de Viajes del Cotidiano, trata sobre la memoria intangible de la ciudad. En él desarrollamos tres investigaciones que buscan conocer y valorar a la ciudad donde vivimos. Estas exploraciones las hemos realizado in situ, palpando la calle. Se aborda sobre los dispositivos de venta de frutas, donde la gente mete mucha creatividad para sostener su actividad económica. También se hicieron 50 levantamientos de escalinatas de la ciudad para apreciar la condición Andina de este territorio y de las distintas maneras de habitar. Y el tercer análisis es sobre 25 espacios de comercios donde se difumina el exterior y el interior en el que los distintos usos expanden sus elementos hasta que son parte de la calle. Este trabajo nos lleva a conocer a la ciudad de una manera profunda sobre temas cotidianos.

Hace poco realizamos una exposición Los Caminos del Agua en el Museo del Agua de esta misma ciudad, en el que desarrollamos una exposición de 24 metros lineales de redibujos cartográficos hídricos de diferentes escalas, como un acto de asimilación para generar aprendizajes colectivos. Es una amplificación que evidencia lo vasto del territorio a la vez que lo cuestiona a través del registro. Estas indagaciones las hemos elaborado para entender los sistemas hídricos; nos hacen tomar en cuenta a las montañas, a los poblados, la geografía, la ecología, el tiempo, la lluvia o al agua, los desechos, las contaminaciones y las formas de construir en el territorio mismas que se olvidan del propio lugar.

El último ejemplo es sobre una obra de arquitectura, es del hospedaje en una cantera viendo al volcán Tungurahua, en el que se hace un estudio exhaustivo de un territorio en donde pasa un río importante que se dirige a la Amazonía, en donde hay un volcán que estuvo erupcionado durante 16 años. El terreno contiene mundos, la mitad es una cantera pétrea que busca tener un cambio de actividad económica, por lo tanto se está poniendo energía en la otra mitad del terreno donde el lugar está preservado. Hay ojos de agua, páramo andino, selvas y un muro de piedra de 400 metros de largo. El lugar brinda muchas posibilidades: de la cantera se ocupan unas piedras enormes y materiales que ya no están en uso, como zarandas para tamizar o tubos de oleoducto. Además, han reciclado durante años algunos materiales, por lo que en el trabajo se ocupan recursos que dan una nueva vida. Hay una valoración del territorio, de los recursos y de cómo adaptarse sutilmente para generar intensificaciones con la realidad.

Mirador del Quilotoa en Shalala – Daniel Moreno Flores, Javier Mera, Jorge Andrade. Fotografía: Andrés Villota. Cortesía: La Cabina de la Curiosidad.

Contextos

Para nosotros es fundamental entender al lugar como metodología repetitiva, ya que concebimos la arquitectura a través de un estudio territorial. Consideramos que al abordar los hábitats tenemos que entenderlos a partir de su interconexión con el contexto inmediato y con el mundo en general. Por ello, al inicio de cada obra hacemos un ejercicio de inmersión para empaparnos de lo que es realmente el sitio, de modo que arrancamos sin prejuicios, sin vicios y sin preconceptos. Más bien, con lecturas fidedignas de la realidad de lo que es tangible e incluso abordamos lo intangible.

Creemos firmemente en la acción para hacer llamados de atención; con el pensamiento arquitectónico podemos pinchar sobre la política pública. Creemos que cada uno de los proyectos que realizamos son emisarios de temas que deberían ser considerados en sociedad.

1— Con el tratamiento de las aguas negras en los proyectos, que en lugar de que se envíen a los ríos y se los contamine, se queden en el propio lugar y se conviertan en generación de vida por medio de biofiltros vegetales y estanques de peces.

2— Con la utilización de los desechos sólidos urbanos generados por la ciudadanía, de la importancia de retrabajar los materiales y de cómo podemos hacer con ellos hábitats con calidades.

Casa en el Carrizal – Daniel Moreno Flores y Sebastián Calero. Fotografía: Andrés Villota. Cortesía: La Cabina de la Curiosidad.

Por otra parte, pensamos que la obra pública es la que más sentido tiene, ya que es para todos, el impacto es mayor, dignifica y da la posibilidad de acceso a calidades de vida a personas que tienen carencias. Los proyectos que hemos desarrollado para el bien común son ahora emblemáticos por el acceso a la arquitectura que generan y por la posibilidad de contribuir al crecimiento de la colectividad.

Reflexiones

Los procesos que desarrollamos nos afectan como individuos por lo que estamos convencidos que deben ser lo más placenteros y felices posibles para que nuestros días sean maravillosos. Creemos que con trabajo constante se efectúan cambios positivos en la colectividad, es un camino de vida.

El acceso al conocimiento de los distintos temas de nuestro territorio nos ayudará a la comprensión de nuestra realidad y a enraizar en cada uno de nosotros nuestra identidad y nuestra cultura, que siempre es tan frágil.