Your registration could not be saved. Please try again.

Fernanda Barreto

El cuerpo como lugar fértil para producir conocimientos

15.06.2023

Fernanda Barreto

con Javier Zugarazo

Fernanda Barreto (São Paulo, Brasil, 1988) es una artista, traductora, gestora cultural interesada en las prácticas educativas y pedagógicas. Su investigación se enfoca en el lenguaje dentro de las prácticas de comunicación, enunciación colectiva y estructuras sociales, haciendo uso de distintos medios para responderla.

Javier Zugarazo: ¿Cómo entiendes la relación del cuerpo con el conocimiento?

Fernanda Barreto: Como artista, el cuerpo siempre ha tenido como un lugar muy importante como eje central, como lugar desde donde parto o donde aterrizo. Mucho de mi proceso viene de vivenciar situaciones, de experimentar fenómenos, hechos sociales, climáticos, políticos y, a partir de ahí, se derivan muchas de mis reflexiones. Siempre ha sido un poco el filtro de donde partía para entender muchas categorías que a su vez lo atraviesan. Ubico dos momentos importantes donde estas nociones quedaron muy claras y asentadas: la primera es cuando me mudé a México, hace casi nueve años —yo soy de Brasil y viví casi toda mi vida allá—.

En ese proceso, las categorías de ser una mujer, blanca, migrante, latinoamericana, empezaron a tomar mucho sentido, mucho peso y mucha presencia. Siento que es un poco inevitable partir de ahí, de todo este bagaje, para entender quién soy, desde dónde estoy parada y hacia dónde estoy mirando.

El cuerpo como lugar fértil para producir conocimientos: Javier Zugarazo con Fernanda Barreto

Lo otro que me resonó mucho fue cuando entré, hace cuatro años, a hacer la maestría en Artes en la Facultad de Artes y Diseño en la UNAM. Yo nunca había estado tan cercana a la academia en cuanto a procesos de producción de conocimiento; para mí la información había sido mucho más libre y cercana al mundo del arte que propiamente al mundo de la academia y, claro, cuando entré a la maestría entendí que estas nociones que yo estaba trayendo en relación al cuerpo tienen muy poco espacio ahí. Esto me saltó mucho, así que allí empecé a reivindicar y defender esta noción del cuerpo como un eje central de fuente de conocimiento, como un lugar donde se está todo el tiempo manifestando y produciendo conocimiento.

Por suerte, encontré muchos aliados dentro de este espacio y hay muchas autoras que están también defendiendo esta importancia del cuerpo. Y cuando hablo del cuerpo, hablo de toda la subjetividad que este conlleva —que también son categorías que están muy poco consideradas dentro del ámbito académico, pero que para mí era impensable estar disociada de eso—. También me gusta mucho hablar del cuerpo colectivo, o sea, no solo parto de mi cuerpo como bagaje sino que lo pienso como un cuerpo inserto en una trama de relaciones complejas con otras corporalidades.

¿Qué tomas de las estrategias y metodologías artísticas para incluir en la academia?

Un poco por suerte, y también porque las rastreé y las busqué, he encontrado muy buenas aliadas dentro de la academia. Sobre todo mi tutora, que viene acompañando mi proceso desde la maestría, y ahora que curso el doctorado, es alguien cuya forma de investigar atraviesa mucho el cuerpo. Ella me ha presentado muchas metodologías para abordar una investigación artística tomando el cuerpo como medio de transmisión, recepción y traducción de conocimientos. También rescato todas las lecturas que he hecho a partir de Silvia Rivera Cusicanqui y de Diana Taylor, que también son autoras que me han dado herramientas teóricas para poder defenderlo desde este lugar; son autoras que consideran mucho el pensamiento situado, la subjetividad como un lugar fértil desde donde partir.

En cuanto a las estrategias que he encontrado, han sido mucho de generar dispositivos de experiencia, donde esta se comparte colectivamente, y a partir de ahí puedo generar reflexión, no al revés. Es decir, no parto de leer o de generar teoría para aplicarla a las cosas que estoy haciendo, sino más bien parto desde la experiencia.

Fernanda Barreto: Todos los puntos de la aguja (2022). Cortesía: Fernanda Barreto.

Sí, digamos, ¿cómo volver palabra aquello que justamente no pasa por lo racional/verbal, sino que mueve la parte sensitiva?

Eso es algo que siempre me ha interesado mucho, tomarme el cuerpo como lenguaje, tal cual, y siento que también en los últimos años algo que ha atravesado mi reflexión ha sido un agotamiento de estos lugares discursivos que no solo tiene la academia, sino como puede tener el movimiento feminista o muchos otro lugares donde los discursos tienen mucha carga, mucho peso y muy pocas veces atraviesan el cuerpo. Y siento que llegué a unos lugares de mucho cansancio en relación a estas maneras de discursar sobre las cosas pero no vivirlas, no sentirlas. Si no pasamos por todo este lugar de digestión para poder incorporarlas, siento que los recursos se quedan como muy vacíos; es hora de que empecemos a hablar de otra forma, a comunicar, porque el cuerpo dice mucho, todo el tiempo.

Y pasa también —siento yo— que en los dispositivos artísticos o en la socialización del arte, se vuelve más discurso que sensación.

Sí, siento que he encontrado un reto muy grande actualmente. Yo genero estos dispositivos de experiencias, que son especies de artefactos donde el cuerpo está considerado como el principal medio, pero también me interesa mucho recaudar las experiencias que han vivido esos cuerpos en estos dispositivos, y el reto que estoy encontrando ahora es cómo traducirlo, cómo hacer de estas experiencias una especie de base de datos compartible, qué tipo de lenguaje encuentro ahí para darle salida a eso. Es una parte importante cómo aterrizar un poco todo eso, encontrar metodologías. Hay gente pensando metodologías súper interesantes, sobre todo a partir de la escucha. Qué pasa cuando, luego de vivir la experiencia o mientras estás en ella, puedes compartir un montón de sensaciones y después de una temporalidad, en el mismo día o unos días después, ¿cómo escuchas tu propia experiencia? Se generan otras reflexiones partir de ahí y son estos mecanismos de re-escucha que mucha gente del campo sonoro ha implementado.

Recientemente fuiste coordinadora del programa público de la 3ra Bienal de Artes y Diseño de la UNAM, te quería preguntar por el nombre, “Caminar la palabra”, ¿de dónde viene?

“Caminar la palabra” es un concepto que viene de las mingas colombianas, que es un movimiento de los pueblos indígenas andinos, pues ellos tienen muchas formas de autoorganización y muchas maneras de generar lo común. Son personas que tienen todo el tiempo el cuerpo a prueba en su propio territorio, en términos de que están trabajando en la tierra, están defendiendo su territorio y, finalmente, también lo tienen que defender de un Estado súper violento e incluso de una sociedad también súper violenta, que cuestionan la manera en la cual están ocupando estos territorios. Creo que caminar la palabra viene de la acción, de salir de este lugar en el cual la mente está operando y partir hacia donde la palabra se distribuye y llega a otros alcances. La palabra es verbo, es acción, es colectiva, de ahí partimos.

Fernanda Barreto: "Ahora débil, luego fuerte o trajes performáticos" (2020). Cortesía: Fernanda Barreto.

Una parte del programa se llamaba “Ensayar juntas” e involucraba trabajar con colectivas en generar conceptos y espacios comunes. En algunas de estas sesiones incorporaban algo de música, ¿cuál era la finalidad de esta estrategia?

La música daba ritmo a las inserciones de socialización de preguntas que se generaban en colectivo y también despertaba otras percepciones, como corresponde mucho al cuerpo. En general, en todos los ejercicios que como programa público nos propusimos hacer, esa era una pregunta que acompañaba: ¿qué pasa con el cuerpo ahí? Muchas de las maneras de reunión que propusimos eran estrategias para estrechar de alguna manera la frontera que implicaba la tecnología y poder entender también dónde estaban habitando estas personas, estas colectividades. Hicimos muchos ejercicios, por ejemplo, de paisaje sonoro en sus localidades, que pudieran de alguna forma traer percepciones o elementos particulares de cómo viven ellos, sus propios proyectos, sus propios territorios. Pero una cosa es dónde o cómo estás viviendo y otra cómo lo compartes, cómo traes todas esas cosas que son atravesadas por el cuerpo a este lugar frío que muchas veces pueden ser las infinitas horas de Zoom. Entonces, frente a estas barreras, también muchos de los ejercicios estaban considerando estas otras percepciones y tratábamos de incluirlos en sus maneras de vivirlo.

Fernanda Barreto: "Techo común" (2018-2022). Cortesía: Fernanda Barreto.

Al principio te preguntaba sobre el lugar del cuerpo en el conocimiento, también cabría la pregunta del lugar de la naturaleza dentro del conocimiento.

Yo siento que de ahí he aprendido mucho. En esta obsesión y rastreamiento que llevo desde hace muchos años con el viento, específicamente, siento que he aprendido todo lo que sé. El viento es el medio y el vehículo de comunicación donde todo está, una fuente de polinización que traslada cosas de un lado al otro: como esta locura de que el suelo del Amazonas solo es fértil por la arena del desierto del Sahara, que viene como mares de vientos de arena, atravesando el charco, para fertilizar y polinizar toda esta flora. Siento que hay un montón de sutilezas. Diana Taylor habla mucho de eso, no tanto en relación a la naturaleza en sí, pero ella divide estas nociones sobre el archivo y el repertorio. El archivo sería todo aquello que podemos consultar, que es palpable, que son documentos físicos que podemos siempre recorrer y que de alguna forma implican ya una noción muy precisa de construcción de la narrativa de la historia. Y los repertorios sería todo aquello que no es posible documentar, como la historia oral, por ejemplo.

Entonces, me ha pasado que he abierto mis fuentes de búsqueda de conocimiento, no solo a estos lugares que puedo siempre visitar, sino empezar a tener interlocución con otros agentes, como por ejemplo el viento. Me interesa mucho el cuerpo en relación a su entorno, sea natural o no natural, en el sentido de las implicaciones que tiene. ¿Qué tipo de afectaciones tienen los lugares que recorremos, habitamos, pasamos, visitamos, navegamos en nuestra construcción de subjetividades?