LA

ESCUELA___

Albor has its antecedent in 2007, when Carlos Manuel González Baute and Alain Rodríguez Sosa graduated from the Las Villas School of Architecture and sought to transfer the work dynamics of the student stage to professional practice, moved by a strong aspirational and vocational character. The context of deficit—material, normative, procedural, constructive, etc.—in which they found themselves, conditioned their way of starting to do architecture. The initial objective was to create a reference through projects carried out for family and friends, with the intention of receiving real commissions, as they were creating an "independent architecture studio"—something practically non-existent on the island.

The identification of the most significant construction sector for decades in the country and the construction by own effort of small scale would mark the direction of work in the following years. Likewise, they initiated a research process about the significant transformation of the compact urban habitat in the city of Cienfuegos, under the tutelage of MsC. Raúl Manuel Pla León and Dr.Cs. Dania González Couret.

In 2015 and 2016, respectively, Albor was joined by Camilo José Cabrera Pérez and Merlyn González García, graduates of the same Faculty, motivated by the way in which this alternative of work and thought had been shaped from the relationship between the intuitive and the professional. Since then, the nucleus formed by this duo of generations has marked the search for practice for the discernment of an essentiality of the real, of the conductive, and the capacity of the environment to influence and modify the activity of creation.

Starting from this idea of the naive-aspirational, of the self-formation of canons and work structures, it is interesting for us to comment on the assumption of practice with a strong pedagogical component. In Albor, the learning roles are mobile, a bit different from the usual sense of hierarchy and regulations in the field of architecture and construction. The circumstance of trying to undertake a practice outside the structures, let's say, of the state, also put in crisis these systems of professionalization to take them to more intuitive grounds, and in the practical case, to the phenomenon of 'construction by own effort'—a type of self-construction that is handled in Cuba for small-scale and low-budget works. In this way, professional roles were often interchanged, with the architect being apprenticed by the construction worker or the design professional, moved by intuition or family influences, or transcending the limits of the profession.

On other occasions, from the profession, we try to promote or teach ways of building rescued from tradition or reinterpreted from the past, placing them in the complexity of today's Cuban society, with emphasis on its material expressions. Within the team, it is also usual to research with academic sources necessary for the theoretical reaffirmation or the elaboration of new approaches in the face of an apparent structural blank canvas. In this way, we could travel transversal paths from the academy to the popular expression of knowledge and vice versa. We are very pleased with the idea that this type of transversality can contribute to the teaching that is carried out by the Faculty, as well as that academic research can use our practice as a bridge to experiment or contrast their approaches.

We are attentive to those problems and phenomena of reality that have the capacity to translate into architectures. Through our practice, we reflect and propose from them.

In this sense, essential results that demonstrate the ability to overcome unstable tendencies or circumstances, or that can remain latent in difficult situations for the conservation of the gesture, or knowledge that can be reused in other expressions, are constituted as referents.

We do a compilation work that we have used in the study of the urban scale, which is a position from which we recurrently place ourselves to project. In this way, we have conducted research related to social housing and its problems, as well as the analysis and characteristics of public space in the specific conditions of the cities where we have worked.

The circumstances of economic opening that took place in Cuba since 2010 placed us within a generation that, for the first time in 50 years, was able to access small private commissions. Within this context, in Albor, the professional practice has always been linked to research, essentially to the transformation of the compact urban habitat and, specifically, to the single-family house as the main shaping element of the city of Cienfuegos.

Organizing our practice in a scenario isolated from the epicenter of the nascent group of independent Cuban architects, which by that time had been emerging in Havana, pushed us to group ourselves under common interests that had nothing to do with economic benefits. Most of the projects we developed since then were the transformation of our own living spaces, where most of the results of the research developed over the years were applied. The care of the constructive processes and the dissemination of these experiences brought us closer to client-friends, with whom we replicated these processes and incorporated new elements.

Having established Albor as a space for professional growth rather than as a scenario of economic benefit, a space to share the concerns and worries of a group of professionals, leads us to go through all the possible variants, where containment and, above all, the critical exercise in search of the essentials of the project is the most important thing.

Nuestra dinámica de trabajo se basa en diluir las jerarquías, a la vez que cada miembro es protagonista de cualquier proceso creativo donde, de manera independiente, cada quien realiza su mayor aporte desde su mayor fortaleza o inquietud. Este tipo de resortes conforman una dinámica basada en la multiplicidad de lecturas del problema y el replanteo continuo de las posibles respuestas.

En nuestros proyectos, el estudio previo de todas las condicionantes que lo circundan es fundamental. Hemos desarrollado nuestra labor con limitantes de todo tipo, y muchas veces hemos tenido que reinventar desde nuestro proceso creativo hasta la manera en cómo y con qué se construye. Ante la pregunta que trae cada proyecto y esa reformulación constante de puntos de partida que tienen que ver con el contexto, las herramientas fundamentales giran en torno a la investigación, la definición de los puntos de partida y su puesta en crisis. En este proceso de ubicación y reformulación surgen los resortes que van llevando adelante los proyectos, que, muchas veces, presentaban un escenario con todo por hacer o definir.

Ante esta suerte de terreno por habitar, generalmente se producía una irradiación del proyecto fuera del ámbito del “estudio”. De esta manera, en el desarrollo de los problemas del proyecto, iban participando muchas más personas, incluso fuera del ámbito estricto de la construcción de la obra, como los círculos familiares, amigos y conocidos, profesionales de otras áreas que iban entrando y participando del proceso de creación en un ambiente de intercambio que resultaba muy satisfactorio para el proceso del proyecto. Las relaciones que se establecían estaban muy permeadas por el carácter abierto de la práctica y su particular condición económica y de legitimación.

La propia circunstancia que ha conducido la obra que hemos desarrollado en los últimos años —esa suerte de obra llevada en relación con el contexto— y la condición de paralelismo laboral que la ha caracterizado, determinan una práctica arraigada a la realidad, imposible de abstraerse de su contexto.

Actualmente, los miembros de Albor han emigrado fuera de Cuba y esto ha conducido a poner en pausa la labor creativa conjunta por un tiempo indefinido. Por suerte, continuamos relacionados desde distintas latitudes como parte del mismo fluir que ha caracterizado la dinámica del grupo.

Podríamos decir que hemos aprendido de todo. Nos hemos involucrado tanto en cada obra que sería muy difícil discernir entre ellas. Haber disfrutado tanto de los procesos nos ha hecho más conscientes acerca de las preguntas y sus soluciones.

Gran parte de la experiencia en arquitectura es acumulativa, y nos gustaría pensar que cada obra o proyecto, a partir de sus conclusiones positivas y negativas, nos ha guiado a hacer el siguiente con mayor cantidad de respuestas, donde el acierto es, en muchas ocasiones, resultado de la experiencia anterior.

Nos gustaría pensar que nuestra obra es resultado de una condición de trabajo contextual, de relación artesanía-profesionalidad, la construcción desde el sitio en el día a día y la interpretación de la cercanía al proceso material y social de la arquitectura. El ajuste espacial y la comprensión del lugar, más allá del proyecto inicial, y la reformulación desde posturas “profesionales” de lo autogenerado, a partir de la relación con escenarios y sitios ampliamente meditados que exploran, de una manera quizás hasta ingenua, nociones centrales de la arquitectura. Esta noción de lectura a veces se refiere a un contexto especifico de la obra, pero también puede ser entendida como una herramienta para analizar contextos mucho mayores, de realidades que trascienden lo físico para volcarse de la misma manera en otras categorías o fenómenos; es decir, la lectura del contexto entendida como lectura de procesos más inconmensurables o multidimensionales.

En relación a la noción de lo público en nuestro trabajo, y en sus procesos, creemos que esta ha estado determinada por su propia condición de indefinición. Ante la ausencia de tantos elementos delimitadores, el carácter del trabajo cobra una dimensión que podemos entender como pública: las relaciones sociales que van trenzando los proyectos, determinadas por estas características, hacen que esta orientación hacia lo público sea entendida más allá de la obra en su definición arquitectónica más convencional y sea tratada hacia lo público en el proceso mismo del proyecto y su desarrollo. Quizás sea interesante mencionar que, para nosotros, dentro de esta idea, tiene particular importancia la familia o lo familiar.