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Galería MUY

El gozo de crear desde-para-con las comunidades originarias

12.09.2022

por John Burstein

y Martha Alejandro

Fundada en 2014, la Galería MUY (GaleMUY) es un espacio conformado por un colectivo de artistas provenientes de distintos pueblos originarios de Chiapas, México. Desde su sede en San Cristóbal de las Casas, tiene la finalidad de presentar y difundir arte contemporáneo maya y zoque. Aquí P.T’ul (Pedro Gómez), Darwin Cruz, PH Joel (Joel Pérez Hernández), junto a la coordinadora Martha Alejandro y el fundador binacional estadounidense-mexicano John Burstein, comparten reflexiones en torno a lo que llaman arte de-para-y-con mayas y zoques, que incluye una realizar talleres en los pueblos de San Andrés Larráinzar; Francisco Villa, municipio Ocosingo y Guayabal, municipio Rayón; siendo de habla tsotsil, tseltal y zoque, respectivamente.

Galería MUY: Maruch Méndez pintando. Foto: Darwin Cruz. Cortesía: Galería MUY.

Educación

Formación

Nuestro proyecto colectivo está motivado por la necesidad de hacer respetar y auto-representar nuestras voces en las artes más allá de los intereses de las instituciones gubernamentales, donde nuestra perspectiva de las expresiones artísticas no tiene cabida. Trabajar de manera colectiva fortalece nuestra práctica y también la enriquece en los diálogos constantes que existen entre los artistas que conformamos la GaleMUY.

Enseñanza

Ante la cancelación de clases presenciales como parte de las medidas de contingencia pandémica y la estrategia digital de educación en línea con ayuda de dispositivos electrónicos que hasta este momento es de difícil acceso para las comunidades, desde la GaleMUY nos pareció oportuno iniciar con el arte de-para-y-con los pueblos mayas y zoques, o los pueblos originarios. Se incluye el arte público, con murales, e incluyendo en particular nuestro proyecto de talleres en los pueblos de origen con el fin de incidir en la educación que los niños de esas comunidades estaban recibiendo. Vemos, de hecho, que las escuelas tienden a implementar conocimientos ajenos a los intereses de la población, inyectando la urbe como el estilo de vida ideal, provocando así la migración de la población joven.

Las actividades que realizamos como colectivo de la GaleMUY se catalogan de acuerdo con el público al que se dirige: si adentro y si afuera de las comunidades indígenas. Esta distinción nos libera para democratizar más el acceso a las artes, y en nuestros pueblos; y no continuar su distribución solamente en los espacios consagrados como las galerías, museos, ferias de arte, casas de cultura, entre otros.

Llamar ‘talleres’ a las actividades que realizamos en nuestros pueblos originarios es tan solo una forma de definirlas, ya que nuestra labor así incluye diseminar en proyecciones de documentales, películas, performance, exhibiciones de obras, instalaciones, procesiones, entre otras más. Para los artistas de la GaleMUY, llevar nuestras prácticas a los pueblos de origen se torna en un acto de resistencia hacia nuestra manera de enseñar, pensar y percibir nuestro entorno; al mismo tiempo, nos permite descubrir vetas de conocimientos en la memoria de los habitantes para rescatarlos y preservarlos. Las temáticas a incluir se eligen colectivamente en relación con el territorio natural y espiritual que habita la población, con la intención de reivindicar el estilo de vida que nos otorga identidad. Nuestra manera de implementar nunca es con la intención de imponer saberes en quienes se interesan en los talleres, sino compartir las experiencias en torno a las prácticas artísticas presentes en los pueblos, así como reintegrar aquellas que alguna vez formaron parte de la población.

En las actividades partimos mucho de la experimentación, creando curiosidad en las personas que asisten para que exploren por sí solas cuando no acudimos a los pueblos.

P.T´ul: Los talleres han ido creciendo poco a poco. Los niños conocen más el material y también cuestionan qué se puede hacer y con qué se puede mezclar el barro. Consultan a sus abuelos y abuelas sobre otras técnicas existentes. Así mismo, tienen más confianza, se dejan tomar fotografías y videos, responden a las preguntas que les hacemos. Al inicio, el proyecto les resultaba extraño, por ello compartimos con ellos cómo funciona la galería, mencionando que es un proyecto pensado para el pueblo donde los niños pueden acercarse a experimentar y hacer crecer sus habilidades. Se comenta mucho sobre los tintes naturales en los textiles; veo que lo valoran pues hay más personas usándolos, influidas también por Cecilia Gómez, artista tsotsil de San Andrés Larráinzar.

PH Joel: Siempre entusiasmados por las actividades, los participantes de los talleres son curiosos por los tratamientos que les damos a los nuevos materiales comunes que se traen para usar: barro, hojas, huesos, piedras, raíces y musgo.

Me fascina reconocer cómo su emoción crece. Por ejemplo, cuando los niños se llevan a casa un fragmento de barro trabajado o una pintura, en una familia donde solamente un integrante asiste a los talleres, la curiosidad se contagia dentro de la familia motivándoles a continuar con esas prácticas. Otro ejemplo: hay niños que no pueden recoger arcilla porque queda lejos de casa; entonces su papá, cuando va a la milpa, pasa por un poquito de arcilla para que pueda continuar en los talleres. Noto un acompañamiento a partir de contagiar el ánimo de aprender, de curiosear. Los padres están muy agradecidos pues se trata de conocimientos que la escuela no proporciona; aunque los maestros posiblemente tengan ese conocimiento, no les interesa enseñarlo, porque no les pagan por hacer eso.

Otro aspecto que aprecio es la bonita convivencia: no importa qué religión profesas o si existen peleas familiares. Me fascina que al realizar nuestras actividades, aunque sea por un momento, se olvidan de esas diferencias que son parte de cualquier población por más pequeña o grande que sea.

Aprendizaje

PH Joel: Los talleres me permiten aprender cuáles son los criterios y lenguajes en nuestros pueblos, observar cómo los habitantes interactúan con las obras que nosotros realizamos desde la Galería.

Las perspectivas de los pueblos en cuanto a las expresiones artísticas te van guiando. Asistir a los talleres es una oportunidad para cuestionar y diversificar desde mis materiales hasta mis lenguajes; me permite hacer entender mis mensajes y capturar las anécdotas y pensamientos de la población para expresarlos a través de mis piezas. Debido a eso, ya no siento una dependencia con el barro —mi medio principal—, ni con la pintura. Y nunca había pensado hacer un performance, pero de pronto me vi involucrado en el performance y video Näwayomo, con Saúl Kak. Hay que estar siempre con la mente abierta.

Realizar actividades en los pueblos requiere de un trabajo en equipo: un compañero que conduce o dirige el taller, uno que registra el evento y toma nota para las reflexiones y otro que publica en las redes sociales. Somos un equipo multidisciplinario, cada integrante aporta desde su energía, conocimiento y experiencia.

Feliciana Ramírez: "Mujer mazorca" (2015). Foto: Darwin Cruz. Cortesía: Galería MUY.

Procesos

Inicios

La GaleMUY es un espacio que permite el diálogo. El taller de barro o los momentos cuando compartimos los alimentos, los convertimos en oportunidades de reflexión. En las constantes reuniones entre artistas y otros en el equipo de la galería, vemos avances y nuevas necesidades, compartimos las ideas que después se presentan en las reuniones con más artistas para analizar si algo es viable, y pensando también en la disposición del tiempo de los compañeros. Al tener más opiniones y ver desde ángulos distintos una idea, nos permite cuestionarla, concretarla o evolucionarla y ejercerla de mejor manera.

Cuestionamientos

Como equipo, siempre estamos explorando nuevos territorios.Tomamos decisiones en colectivo, ya sea sobre realizar conversatorios o participar en exposiciones y ferias de arte. Es común que se presenten complicaciones en el proceso, pero al prestar atención a esos errores, nos quedan experiencias que ayudan a superarnos en posteriores momentos.

John: Una de las principales "dudas" del proyecto GaleMUY tiene que ver con cómo mostrar el arte indígena con públicos no-indígenas. No queremos caer en la trampa del exotismo. "Otros mundos son posibles" es un lema zapatista con el que nos identificamos plenamente. No existe la cuadratura del círculo pasando de lo particular a lo universal y particular otra vez, que caracteriza todo el arte marcado por la identidad, sea feminista, LGBTQ, racial, regionalista y obviamente nativo americano. Los públicos no-indígenas, en este caso, abordan su solidaridad basándose en cualidades más universales, naturalmente, orillándose a un esteticismo puro: “el arte por el arte". ¡Y es más que válido!

Claro, como el arte contemporáneo tiende a mostrarse también ideológico, el público no-indígena acercándose al arte indígena pregunta (hasta “histéricamente”): "¿qué significa? Explica por favor." Y les artistas indígenas están normalmente en la mejor disposición de explicar y desglosar símbolo por símbolo, porque así se hacen los puentes comunicativos que a las dos partes interesa. Esto, sin embargo, al saber que la explicación también puede convertirse fácilmente en una muleta para (no) mirar. La mejor manera de avanzar es de hablar de lo específico de la obra, pero contextualizarlo, hablar de las realidades socio-políticas-culturales que hay detrás y que seguramente informan la obra de arte, ¡y quizás lograr cuadrar ese círculo universal/particular a través de la solidaridad estética, la estética comunicativa!

Estrategias

Al provenir de distintos pueblos originarios del estado de Chiapas (P.T’ul de San Andrés Larráinzar, Darwin Cruz de Sabanilla, PH Joel de Ocosingo y Martha Alejandro de Rayón), se reconocen distintas maneras de organización social y cosmovisiones, así como lenguas indígenas. A partir del conocimiento y la experiencia de cada integrante con su propio pueblo, analizamos lo comparable —y no— de cada proyecto-contexto, como materia de reflexión en la ciudad, donde nos encontramos como colectivo ahora en diálogos a la vez más relacionadas con el arte (globalizado) universal. Nos dividimos los trabajos de acuerdo a nuestras responsabilidades y habilidades.

Diálogos

Al ser un equipo relativamente pequeño, recurrimos a aliados y amigos de la Galería, quienes conforman una red de apoyo según los proyectos. Se involucran críticos, curadores, músicos, investigadores, carpinteros, electricistas, transportistas, entre otros. Son personas que conocen y se hermanan con nuestros objetivos y, por lo tanto, disponen de su tiempo y conocimientos para aportar en actividades que los involucran.

Obras

En proceso

Como artistas, elaboramos piezas constantemente, pero mucha de nuestra energía la direccionamos al proyecto arte de-para-y-con los pueblos originarios, porque es algo que nos enorgullece.

Darwin: Muchos compañeros artistas de la GaleMUY, por distintas situaciones, migran a la ciudad, acción que genera desapego físico y emocional con su comunidad que produce desconocimiento. En la ciudad, existe un ideal sobre cómo son los pueblos. Con el reencuentro, se rompe ese estereotipo porque quienes habíamos partido, reconocemos una comunidad distinta a lo que conocieron cuando aún vivían ahí. Los talleres ayudan a crear este acercamiento, a romper las distancias.

Martha: Cuando se hace algo que conlleva un proceso tradicional que se está perdiendo, se recuerda a los viejitos. Pienso en los talleres de cerámica de Joel o P.T’ul, donde los niños y niñas han ido valorando conocimientos que tal vez sus papás no consideraban importantes. En fin, la idea fundamental para todo creador o creadora es también de vender, y hacer cosas artísticas no es barato, y el capitalismo con competencia por bajar precios desanima a creadores. En cambio, con los talleres, se genera una conciencia del valor que tienen esos trabajos.

Lo que más me gusta es cómo las compañeras se han fortalecido pues no se reconoce mucho la opinión de la mujer. A pesar de la apertura en torno al ser mamá, la jefa de familia, cuando se tiene que salir o trabajar, hay que pedir permiso o aprobación del esposo. En los talleres, ellas sienten más confianza al hablar y se dan cuenta que pueden hacer otras actividades. Siempre están las críticas que cuestionan qué hacemos o por qué nos reunimos. “Seguramente están ganando dinero”, pueden decir en la comunidad. Muestra desconfiaza o envidia. El punto es que se sientan más seguras como mujeres, que puedan hacer más cosas sin importar lo que opina la comunidad. De hecho, en este año [2022] está prevista una exposición de sus trabajos curada por nosotras mismas.

Consideramos también relevante participar en ciertas ferias de arte porque existe un reciente interés por hablar del arte indígena, pero siempre son muy limitados los espacios que nos permiten hablar por nosotros mismos.

Procesión de arte hecho por los niños de Francisco Villa, Ocosingo,Chiapas. Foto: Darwin Cruz. Cortesía: Galería MUY.

En perspectiva

Durante 2016 realizamos un recorrido artístico por pueblos indígenas cercanos a la ciudad de San Cristóbal de Las Casas con el objetivo de compartir puntos de arte fuera de la Galería (murales, iglesias, lugares que dieron origen a leyendas, etc.) así como observar los lugares que el arte ocupa o cómo es integrado en la sociedad. Esta actividad implicó crear lazos con las comunidades al compartir el trabajo de artistas con las comunidades.
La GaleMUY inició un programa de residencias en el año 2017 con la finalidad de impulsar los proyectos de creadores de la región. Esto llevó a hacer piezas dentro del espacio de la galería, brindando a las artistas mayas y zoques acompañamiento, materiales y herramientas, y culminando con una exposición. Con el éxito de la primera etapa, de estas becas o residencias a jóvenes locales, decidimos involucrar a otras artistas indígenas, y particularmente mayas de Guatemala, buscando generar un acercamiento entre las distintas prácticas, que resultó en un intercambio y muestra, Proyecto Maya Transfronterizo.

Varios artistas nacionales e internacionales mostraron intención de formar parte del programa de residencia, así que acabamos ampliándolo a artistas no indígenas que buscaban dialogar con los espacios de la Galería y los artistas que la conformamos. Como actividad final, se realizaba una presentación compartiendo sus experiencias con los pueblos con los que convivieron, así como con los materiales y técnicas que involucraron en sus obras.

Estas actividades nos motivaron a ahondar nuestra reflexión sobre lo que significa hacer arte y ser artistas desde nuestra posición como pueblos originarios, el convivir con personas que poseen una perspectiva diferente, así como la convivencia con críticos y estudiosos del arte que nos han incluido en conversatorios y publicaciones en torno a nuestra práctica.

Contextos

John: El proyecto que llamamos ‘arte por, para y con los mayas y los zoques’, es conducido por las y los artistas involucrados en sus comunidades de origen (y en sus propias lenguas) según "reglas" autogeneradas por el propio proceso. Es decir, como “creativos” y “creativas” estos artistas se inspiran en sus comunidades, interactuando según las costumbres comunitarias y los proyectos que tienen sentido inmediato.

Este arte de-para-y-con ha girado en torno a talleres al aire libre para trabajar la arcilla (barro) o la pintura, o bien para hacer murales. Ambas cosas son familiares: la primera recuerda a la escolarización, la segunda al muralismo político y además al grafiti. Pero la inspiración básica es de los talleres de cooperativos, como de artesanas trabajando el textil. La manufactura de cosas es siempre rica, y hacerlo en un espacio semi-estructurado y socialmente compartido, resulta ser festivo y maravilloso, ¡y una especie de “objeto de arte” como tal!

A propósito de lo anterior, he estado leyendo el libro de Claire Bishop Artificial Hells: Participatory Art and the Politics of Spectatorship [Infiernos artificiales: arte participativo y políticas de la espectaduría]:

«Este campo expandido de prácticas afuera del taller artístico recibe actualmente diversos nombres: arte socialmente comprometido, arte comunitaria, comunidades experimentales, arte dialógico, arte marginal, arte intervencionista, arte participativo, arte colaborativo, arte contextual y (más recientemente) práctica social».

Kayum Ma´ax: "La imagen de los abuelos" (2019). Foto: Darwin Cruz. Cortesía: Galería MUY.

No menciona en esta lista el arte procesual, el arte político y la decolonialidad, ni la estética relacional. ¡Todos siendo frases relevantes para lo que se hace en MUY! (A ella y a nosotros nos gusta el "arte participativo" como un englobante.) En todo caso, la Gale funciona como una especie de bisagra entre los dos: el arte contemporáneo universal y el arte indígena (maya y zoque en particular).

Otro punto importante en el que coincidimos con Bishop es la importancia de la posición receptora (¡activamente!) en un modelo de comunicación en la experiencia artística. La forma en que la obra es experimentada por otros pertenecientes a la comunidad de origen-recepción; eso importa, eso es arte participativo. También es arte comunitario, dialógico, colaborativo, social y político. Yo diría que está en la esencia del proyecto GaleMUY dado que la idea de les "artistas indígenas" es doblemente problemático. En primer lugar, les artistas de la cultura maya que se presentan en los espacios de arte tienen que digerir lo que significa maya-indígena en un contexto aún terriblemente colonialista-imperialista. Sabemos que, al mostrar obras en espacios no-indígenas implica ser visto como “otro/otra” con todas la implicancias para un mundo urbano, mestizo, capitalista.

Pero en segundo lugar, les productores culturales (de la MUY en este caso) tienen la tarea enorme de ir construyendo su identidad —como artistas— en sus propios mundos indígenas.

Y es “construir” en serio, porque para comenzar la palabra ‘arte’ —tal como la concebimos en Occidente— no tiene traducción fácil. ¡Y sin embargo, la función, sí! Como un observador no-indígena, diría que todas y todos son productores culturales de manera artística; la mayoría de mujeres son maestras del arte textil tradicional y como normal en la vida campesina por lo menos las destrezas pluri-uso hacen que son maestros manuales de diversos medios; la reproducción material de la cultura está por todas partes y luego el entretenimiento (sea en forma de fiesta o por la informática digital globalizada) presta a la reproducción cultural cierto carácter de performance colectivo.

La deconstrucción de “bellas artes” / “arte popular” —ya avanzada desde hace rato entre teóricos— es de plano el caso experimentado en el gozo (el significado de muy, por cierto, en tsotsil) al contemplar un jaguar pintado por Kayum Ma’ax. El asombro producido por la técnica se combina con el placer de un contenido favorito y el orgullo identitario es una experiencia político-cultural. La cuestión es desjerarquizar los públicos, disfrutar de la heterogeneidad, apreciar que la perspectiva tradicional está ávida de tocar el universalismo global, al igual que el artista contemporáneo nómada anhela el exotismo local; y ambos luchan un poco por convertirse en el otro.

La ‘escuela’ puede ser el concepto clave para la incorporación del arte en las comunidades tradicionalistas contemporáneas, pero con un giro activista. El aprendizaje técnico, la socialización y politización, son funciones del sistema educativo. Pero la formación campesina indígena es activa (aprender haciendo) y la socialización/politización y lo técnico se entretejan en una “trenza” más ajustada, por decir. El formato de “taller” funciona para formar sensibilidad/capacidad productiva generativa de ideas y emociones, todo en una dinámica dialéctica que se hace reflexiva, y el taller se vuelve, en sí, arte: arte participativo y relacional.