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Autoeducación: un viaje de derivas por el Golfo de México

12.10.2023

por Alejandra R. Bolaños

Para este mapeo, hablaré de cuatro proyectos a lo largo de Golfo de México: Bruma Laboratoria, Ensayo en Sitio, Topote de Acahual de Vivero de Tebanca, y A la Vera Editorial [...] agrupaciones que trabajan en relación a la autoeducación y al cuestionamiento de las formas colonizadoras de progreso y orden, impuestas durante el siglo pasado.

En el 2019 cofundé Bruma, una investigación comunal con la máxima “conversaremos qué significa hacer arte desde Veracruz mientras tomamos café y recorremos nuestro territorio”. A raíz de esto, he ido conversando con quienes nos involucramos en la bruma, pero también con otros proyectos que durante los últimos cinco años han planteado propuestas colectivas, educativas, experimentales o como se les quiera decir (por que cada vez siento que los términos importan menos), que implican habitar y preservar distintas ciudades y comunidades a lo largo del Golfo de México. Para este mapeo, hablaré de cuatro proyectos: Bruma Laboratoria y Ensayo en Sitio en la ciudad de Xalapa, Topote de Acahual de Vivero de Tebanca en los Tuxtlas, y A la Vera Editorial en la cuenca del río Papaloapan.

Me gustaría que este texto se leyera como un roadtrip. Quisiera que quienes me leen, imaginen que vamos en un auto viajando por una carretera que recorre de norte a sur y de este a oeste, las tierras que costean al Golfo de México, esas que están entre el mar y las montañas. Quiero que imaginen cómo nos paramos en algunos puntos para ir al baño o para comer garnachas y cómo vamos admirando el paisaje durante el trayecto: veremos que va cambiando de templado a caluroso, de seco a húmedo, o de contaminado y lleno de humo a verde y lluvioso.

¿Por qué quiero llevarles en este viaje? Primero, porque me genera nostalgia: cuando era niña, me era muy común viajar en carretera en el tsuru familiar, con las ventanas hasta abajo para aguantar la calor, con una hielera llena de jugos, aguas de sabores y sandwiches de queso amarillo, mayonesa y jamón.

Alejandra R. Bolaños: “Mapa que me ha servido para entender el territorio que costea al Golfo de México desde hace 3 años” (2020). Cortesía: Alejandra R. Bolaños. Coatepec, Veracruz, México.

Recorrí estas carreteras que costean el Golfo para visitar a mis abuelxs (que vivían 12 horas al norte) al menos una vez al año, hasta que empezó a volverse peligroso transitar por todo este territorio, por ahí del 20071: primero fueron las carreteras, después algunos poblados y, con el tiempo, en todas las ciudades, pueblos y comunidades empezamos a recorrer nuestros caminos con miedo. La vida (mi vida) se transformó y se redujo cada vez más a habitar solo los terrenos cercanos.

La segunda razón de este viaje, es porque quiero tomarme el tiempo de platicarles algunas cosas y mostrarles algunos grupos de personas que me han posibilitado (a mí, a ellxs mismxs y demás personas) volver a transitar tierras amadas a través de acercamientos artísticos, después de muchos años de incertidumbre.

Primera parada: Bruma Laboratoria

Arrancaremos el viaje en Xalapa, Veracruz, una ciudad de montaña donde se encuentra Bruma: colectiva formada por lxs artistas Leonor Arely Téllez, Rodrigo González (a.k.a. SRGZ), el administrador Ramel Rodríguez, y por mí, Alejandra R. Bolaños. A lo largo de casi cuatro años, hemos gestionado talleres de arte, fiestas performáticas, comilonas, exposiciones, charlas y encuentros con agentes locales. Empezamos actividades en septiembre del 20192 con una reflexión post duartista3, proponiendo un espacio feminista para procesar lo que se había vivido en Veracruz durante la última década. Muchas cosas y personas han pasado por el colectivo y el programa desde entonces, así como temas, tecnologías y dispositivos, el mismo feminismo lo hemos ya cuestionado y ahora estamos indagando en otras cosas que nos ocupan, como prácticas en torno a los cuidados y la autopreservación.

La deriva o caminata es el dispositivo que nos ha acompañado desde los inicios, y que profundizamos a partir del año pasado (2022) con el proyecto Sereno Bochorno: un viaje de 10 estaciones, que hicimos en colaboración con Local Taller, nuestro espacio sede, y que hemos seguido desarrollando hasta ahora. A lo largo de dos meses nos encontramos cada fin de semana para ir a un lugar específico, que era activado/guiado/performanceado por diversxs artistas habitantes de Xalapa que convocamos para esta ocasión. Fuimos a una cascada, a un barrio del centro, a un museo, a un cerro, a una isla, a una fortaleza colonial, a unas cantinas de reggaetón, a una poza y conversamos en el aula de Local. Todos espacios entre las ciudades de Xalapa, Puerto de Veracruz, Xico y Coatepec, en el estado de Veracruz.

Sergio Ramírez: “Grupo en viaje a la Isla de Enmedio, en el Golfo de México, durante Sereno Bochorno” (2022). Cortesía: Bruma Laboratoria.

Quisimos hacer del viaje, la deriva, la caminata o el traslado, un espacio de estudio y pensamiento filosófico; queríamos pensar en movimiento: ¿qué pasaría, cómo se transformarían las prácticas, al recorrer lo que entendemos como “nuestro territorio” después de mucho tiempo de no hacerlo con tranquilidad? ¿Cómo se conversaría frente a una cascada estruendosa, en medio de un puerto industrial o frente a cabezas colosales olmecas?

Así pues, recorrer estos lugares tuvo que ver con la potencia de hacerlo en manada. Al mismo tiempo, la decisión de lanzarnos a las calles, los montes y cuerpos de agua, no fue aleatoria: nos pareció importante hacer un recorrido por los lugares donde vivimos, hacer caminatas sin formatos fijos, ver qué se detonaba en la memoria y la historia personal en esos espacios al darnos la posibilidad de mirar, conocer y entender con el cuerpo las complejidades de nuestro territorio. Y debo decir que las caminatas iniciaron después de un largo periodo de inseguridad y en los márgenes de la pandemia, con un grupo formado por diversas identidades (mayormente mujeres, pero también infancias, disidencias y en menor medida, hombres), por lo cual caminábamos desde una cierta combinación de vulnerabilidad y entusiasmo. Esto nos terminó llevando a una pregunta que ha detonado nuestra insistencia en esta práctica: ¿cómo podemos defender y amar una tierra si no la conocemos o si ya la olvidamos?4

Formamos parte de estos recorridos: Karen Spinoso, Ramel Rodríguez, Luis Morales, Bawixtabay Torres, Rodrigo González, Jimena Ortiz, María Arnaud, Antílope, Eréndira Gómez, Leonor Arely Tellez, Sergio Ramírez, Atenea Castillo, Camilo Cadena, Cynthia Romano, Juan Eduardo Mateos, Melissa Bolaños y yo.

Cynthia Romano: "Estación 1 por SRGZ y Melissa Bolaños; caminata a Cascada de Chopantla, durante Sereno Bochorno” (2022). Cortesía: Bruma Laboratoria. Coatepec, Veracruz, México.

Segunda parada: Ensayo en Sitio

Para nuestra segunda parada, seguimos en Xalapa. Ensayo en Sitio está formado por la dupla Rodolfo Sousa y Rodrigo González (a.k.a. SRGZ), y es tal vez el proyecto más cercano a las prácticas expositivas del arte contemporáneo de los cuatro proyectos que les presento en este viaje.

Para ellxs ha sido importante trabajar la conversación de la “práctica curatorial” en el contexto xalapeño. Es decir, designar a una persona como coordinadora y guía narradora de algún conjunto de artistas que estén trabajando o que estén de alguna manera vinculadxs al territorio veracruzano. Esto, claro, desde una perspectiva crítica hacia las instituciones estatales locales, que dominan la escena cultural y que por su naturaleza burocrática, dificultan mostrar investigaciones artísticas del ahora. Sumando a esto, la precarización que han sufrido nuestras instituciones en los últimos años (y en algunos casos, corrupción y maltrato) ha hecho que mostrar el trabajo en estos recintos sea muchas veces explotador, cansado y angustiante para la comunidad artística5.

En ese sentido, Ensayo en Sitio genera conversaciones y exposiciones sin mucha burocracia y con acciones más inmediatas, produciendo y acompañando tanto el proceso de les curadores como de les artistas. Además, como una de las partes fundamentales de su práctica, se han ocupado de desplazarse de los espacios clásicos de exposición, proponiendo ocupar lugares con los que guardan algún tipo de lazo afectivo en la ciudad y alrededores para hacer sus “ensayos”, como talleres de artistas (el jardín de la casa donde vivo y el garaje de Rodolfo) o bares (La Popular y Jaco Jazzy Café).

Por ejemplo, Hacking from the South (su más reciente exposición), curada por Héctor Beltrán, se activó bajo la forma de un taller donde participaron les artistas Agustín Basañez, Bawixtabay Torres, Christopher Grajales, Daniela Rivero, Julio Álvarez, Karla Camarillo y Leonor Arely Téllez. En los días de taller se exploró la noción de hacking from the south, término que está investigando Héctor en el MIT, pensando en formas y prácticas localizadas desde Latinoamérica que de alguna manera “hackean” sistemas, más allá del entendimiento de la carrera tecnológica ideada desde Occidente. De manera que se planteó explorar esta teoría desde la práctica artística de cada une de les participantes (todes egresades o estudiantes aún de la Universidad Veracruzana, la Universidad de Xalapa y Bruma Laboratoria), para finalmente exponerse en un encuentro íntimo en el garaje de la casa de Rodolfo, durante una de las semanas más intensas de la última ola de covid6.

El giro que me parece importante resaltar es cómo el proceso curatorial se trasladó al espacio educativo con una salida más bien interna, hackeando al show convencional del mundo del arte.

Tercera parada: A la Vera Editorial 

Para nuestra tercera parada, agarraremos carretera hacia el sur. Vamos a tomar la salida con dirección al Puerto de Veracruz, viajaremos por hora y media, después tomaremos la salida hacia Medellín y, finalmente, agarraremos todo derecho por la carretera costera. Viajaremos en total unas cinco horas: bajaremos de las húmedas montañas hacia la costa, pasando los pastizales de la sabana, los médanos de arena, la gran ciudad del puerto (donde nos pararemos a comer picadas) y todos los cañaverales, para después adentrarnos tierra adentro hacia la ribera del río Papaloapan, donde se encuentran las comunidades de Tlacojalpan y Chacaltianguis, pueblos natales de la bibliotecóloga y curadora Catalina Pérez, quien desarrolla parte de su práctica en esta región, a través del proyecto A la Vera Editorial.

Desde el 2020, Catalina ha empezado a trabajar con una serie de provocaciones (como llama ella a su quehacer algunas veces) a raíz de su historia personal de haber crecido en este lugar y después haberse desplazado al centro del país en la adolescencia, pensando principalmente en las posibilidades educativas y de sensibilización artística de las infancias en la región ribereña del Papaloapan.

La primera provocación fue plantear la generación de un fotolibro que hablara y mostrara el río y las diversas vidas que conviven en él, creando objetos de arte que fueran comunicables también a las infancias y preguntando: ¿Cómo hacemos cómplices a las infancias de reflexiones en torno al paisaje y sus imaginarios?

Dolores Medel: “Sesión de talleres sobre el río Papaloapan con infancias, en el Foro Luz de Noche, con la participación de Adolfo Córdova, Lizette Flores, Catalina Pérez, Don Fredy, Alejandra R. Bolaños y Dolores Medel” (2021). Cortesía: A la Vera Editorial. Tlacotalpan, Veracruz, México.

Para ello, se invitó inicialmente a artistas mujeres que se inscribían en este territorio (estado de Veracruz), pero eso llevó a otras cosas, pues aunque “eran de ahí”, no conocían necesariamente la región específica de la cuenca del Papaloapan. Esto complejizó la idea de ‘territorio’ más allá de las fronteras o de lo que entiende el estado-nación, donde las personas se involucran con el espacio de muchas más maneras.

Es así como A la Vera Editorial ha convocado a artistas (con el tiempo, no solo mujeres) que tienen historias compartidas a lo largo de los estados de Veracruz y Oaxaca, porque muchas poblaciones en esta región comparten dinámicas y problemáticas sociales, económicas, históricas, culturales o emocionales, y vínculos particulares con el paisaje, los ríos, las playas y su latente contaminación. Este gesto ha hecho muy importante la idea del viaje, especialmente el viaje en común, no solamente como si fuese una comisión de fotografía documental, sino de entregarse completamente a la experiencia del viaje para comprender esas posibilidades de forma mutua.

De estas provocaciones se han desarrollado varios viajes recorriendo el Papaloapan, impartiendo talleres de cuentacuentos, foto y radio. En 2022 se generó el fotolibro Hacemos nuestro río, de distribución gratuita y editado por Casa Gallina, que decantó también en una exposición itinerante con formatos museográficos pensados para públicos infantiles y un amplio programa de mediación. Participaron en esta publicación con poemas, ilustraciones, diseños editoriales y fotografías: Catalina Pérez, Josefa Ortega, Adolfo Córdova, Dolores Medel, Abril Hernández, Cuauhtémoc Wetza, Deborah Guzmán y Cecilia Pompa. Actualmente, A la Vera Editorial se está pensando para activar dispositivos expositivos donde colaboren artistas de Veracruz y Oaxaca (México) con artistas de Belem y San Luis Maranhao (Brasil)7.

Cuarta y última parada: Topote de Acahual del Vivero de Tebanca

Vamos a la última parada de este viaje: tomaremos la carretera Córdoba-Minatitlán con dirección al sur y después hacia Playa Vicente. Este último tramo durará un par de horas. Nos dirigimos a Tebanca, Catemaco, en la región selvática de Los Tuxtlas. Aquí se encuentra El Vivero de Tebanca, fundado por Antonio Azuela (que en paz descanse) y administrado actualmente por David Antonio Zúñiga. El vivero trabaja formalmente desde el 2003, creciendo plantas endémicas para reforestar la selva alrededor de los manantiales de la zona, aunque sus antecedentes operativos se remontan a principios de los noventa.

Así como Ensayo en Sitio es el más cercano a las prácticas del arte contemporáneo, este proyecto es tal vez el más alejado. Hubo aquí un encuentro de 10 días llamado Topote de Acahual en el 2021, donde se propusieron talleres de dibujo, bordado, escritura, publicación, reforestación y salud, con la intención de crear materiales didácticos sobre la relación entre la selva y la vida de sus habitantes. Vinieron artistas de fuera y agentes locales se inscribieron, y esta fue la razón por la cual conectamos con este lugar, principalmente a través de la participación de Melissa Bolaños, artista invitada de Bruma Laboratoria, quien impartió un taller de composición musical con la selva durante estos días. Sin embargo, insistió (igual que Jenny Granados, participante de Topote de Acahual), que lo más importante a saber de este espacio está en la labor de reforestación, negociación y conocimiento que se ha generado desde el propio vivero9.

Vivero de Tebanca reforesta manantiales para que haya agua, y que esa agua sea de calidad. Esto lo hacen negociando con los ejidatarios10 y los dueños de la tierra, que es donde se encuentran los manantiales, pues no todos están en espacios públicos. Para David, esa ha sido la gran tarea, reeducarse entre compañeros sobre las prácticas del cultivo, así como la importancia que tiene sembrar árboles: porque nos brindan oxígeno, porque nos ayudan a sembrar agua en el suelo y porque a la sombra de ellos prosperan otras especies, tanto de plantas como animales, que son esenciales en la región y que muchas veces también están en la lista de extinción. Todo esto, en contraste a lo que llama “la vieja escuela”, donde desmontar la selva es algo común11.

Con esta última idea finalizamos el viaje, uniendo al Vivero de Tebanca con los otros proyectos que se han presentado aquí: agrupaciones que trabajan en relación a la autoeducación y al cuestionamiento de las formas colonizadoras de progreso y orden, impuestas durante el siglo pasado.

Esteban Azuela: “Plantas endémicas del vivero” (2022). Cortesía: Vivero de Tebanca. Catemaco, Veracruz, México.

Estas formas de autoeducación nacen no para rescatar algo, sino como una posibilidad de vincularse socialmente, con la intención del entendimiento mutuo entre gente, entre pares y dispares, entre la diversidad de cuerpos, de historias, de teorías y de formaciones que comprenden a cada comunidad en específico, cruzada por los múltiples movimientos y migraciones de este territorio. En Bruma y Ensayo en Sitio, desde la comunidad artística, en A la Vera Editorial, entre artistas e infancias, y en Vivero de Tebanca, entre trabajadores de la tierra.