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Escenas arquitectónicas de una contemporaneidad situada

10.06.2023

por Melina Pekholtz

En la escena cultural paraguaya se vienen gestando movimientos y escuelas atravesados por una fuerte impronta local, que están dando a luz productos inéditos, haciendo una traducción de un lenguaje propio y local a un lenguaje universal.

Experiencias materiales con y en el entorno

Una isla rodeada de tierra, al decir del escritor paraguayo más consagrado; Augusto Roa Bastos, Paraguay, es sin dudas, uno de los territorios menos visibilizados de la región. Un país multicultural, con una biodiversidad notable, que se clasifica en cinco eco-regiones. En él se destaca el color de la tierra: un color sangre, como oxidada; llamada yvy pytã en guaraní (‘tierra roja’, en español), imperante sobre todo en la zona de Misiones.

Este suelo es considerado de los más fértiles. Su color nos habla sobre sus orígenes volcánicos y del tiempo, haciendo referencia a las primeras formaciones y a su composición, rica en minerales de laterita, con alto contenido de hierro, que le otorga esta tonalidad cobriza.

Las condiciones determinadas de una cultura situada en un territorio definido por cualidades sus intrínsecas —la geografía, los ecosistemas, el clima— y lo que sus habitantes hacen en y con ese territorio, configuran los lugares.

El mítico “genius loci”1, al que se invoca cada vez que se pretenden realizar intervenciones que puedan dar cuenta de las características únicas de un espacio, para resumir y sublimar en la nueva creación unas raíces que tengan la capacidad de anclarse a esa tierra, que emerjan casi de manera natural, integrándose al paisaje sin perturbar la mirada, es el fin supremo de cualquier obra que pretenda respetar su entorno.

«Nuestro mundo del día a día consiste en un fenómeno concreto. Consiste en personas, animales, flores, árboles y bosques, piedras, tierra, madera y agua, pueblos, calles y casas, puertas, ventanas y muebles. Y esto consiste en sol, luna y estrellas, de nubes a la deriva, del día y la noche, del cambio de estaciones. Pero esto compromete otros fenómenos intangibles como lo son los sentimientos. Esto es lo que está dado, es el contenido mismo de nuestra existencia» [2].

Tipología de “Culata Jovai” de Takuato, Pueblo Mbya. Fotografía: Mabel Villalba. Cortesía: Melina Pekholtz.

Para los guaraníes un concepto clave es el teko (modo de ser, estado de vida, condición) y su derivado: el tekoha (lugar que es su condición), es el lugar donde se da el ser propio e identitario. Por tanto, su tierra constituye un hábitat, una ecología, un territorio en el cual se sienten bien, lugar de su cultura (Meliá, 2004)3.

Al evocar el contexto, inexorablemente nos ubicamos, temporal, espacialmente y psicológicamente en un momentum4, que actuaría de puntapié inicial para el acto creativo.

Las construcciones vernaculares supieron encarnar estos principios, creando e interviniendo en el medio de manera orgánica a través de ciertas técnicas, como el adobe, el estaqueo o técnica mixta, el apisonado: muro monolítico, tapia o tapial5, que se fueron transmitiendo culturalmente, a través de una cultura material, que se fue reproduciendo.

El Paraguay es un país con una muy extendida tradición de construcción con tierra. En el área rural, la tierra sigue siendo una de las alternativas usuales de construcción para los pobladores. Aunque menos visible, es posible aún hoy observar tanto en Asunción como en ciudades del interior, edificios de variado porte que habiendo recurrido a la tierra como material de construcción para los muros, perduran sin mayor alteración, a pesar del tiempo que llevan construidos6.

En la escena cultural paraguaya se vienen gestando movimientos y escuelas atravesados por una fuerte impronta local, que están dando a luz productos inéditos, haciendo una traducción de un lenguaje propio y local a un lenguaje universal. Por ello se puede hoy asumir que ya existe en el país una nueva cultura del uso de la tierra, especialmente en su variante suelo-cemento y a la cual la carrera de arquitectura de la FADA-UNA contribuye, a través de la formación de los futuros profesionales7.

Particularmente en el campo de la arquitectura, se vienen dando experimentaciones en el campo técnico que dan como resultado morfologías inesperadas e inexploradas, suscitando investigaciones-experimentaciones in-situ.

«La construcción del espacio público en la imagen de un objeto fabricado llevaba sólo consigo, por el contrario, la implicación de la maestría y experiencia corriente en el arte de la política como en todas las demás artes, donde el factor apremiante no radica en la persona del artista o artesano, sino en el objeto impersonal de su arte u oficio» [8].

Se gesta de esta manera una forma de hacer, que colabora a un conocimiento que se va difundiendo y amplificando en cada nueva práctica. El ser y el hacer se fusionan así en un único material que se convierte en la obra.

La técnica utilizada en tres de las obras siguientes, es la del tapial; tierra compactada a presión, utilizando un encofrado que se va cargando en capas.

Este sistema constructivo que puede ser entendido como rural o milenario —rural por un lado, ya que a la fecha se sigue utilizando la técnica en ciertos lugares del interior a la manera tradicional, y milenario por otro, reproduciéndose desde la antigüedad, adaptándose al contexto a través un proceso de transculturación— en el contexto urbano, propone nuevas posibilidades de habitar desde el diseño y un entendimiento bioclimático sub-tropical, dándole especial atención a la participación, y colaboración de artesanos y maestros conocedores de la técnica9.

La utilización del suelo-cemento vertido en encofrados es la otra técnica que presenta una de las obras, permitiendo menores espesores de muros que el tapial.

SC-FADA UNA, 2018. | Alberto Martínez + Guido Villalba

Programa: Monofuncional

El conjunto de sanitarios para el auditorio de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Arte de la Universidad de Asunción, ubicada en la ciudad de San Lorenzo, fue producto de un concurso para alumnos. Con la visión de aportar a la sociedad y a la academia de manera colectiva, así como también de encontrar armonía entre materiales y sistemas constructivos, fue impulsada la iniciativa.

Los autores, inspirados por maestros y tutores; Miguel Duarte en la parte conceptual y estructural y Yago García en cuestiones constructivas relativas a la técnica, desarrollaron el proyecto.

La obra se apoya sobre una base mineral para compensar la diferencia de niveles existentes entre los edificios ya construidos y el espacio exterior en el cual se implanta esta plataforma de piedra.

Las formas y el color de la tierra, evocan los cántaros de barro tradicionales de las alfareras de la cordillera del país. También la artesanalidad de su construcción nos cuenta de una intención, que se vuelca enteramente a relacionar las manos con la tierra misma, como las alfareras modelan sus kambuchis (cántaros en español).

Vivienda Muro Tierra, 2015-2017. | -=+X- Arquitectura

 Programa: Vivienda Unifamiliar

“Menos es igual a más por menos”, es el estudio de lxs arquitectxs Sonia Carísimo y Francisco Tomboly, quienes formularon este nombre sublimando las ideologías de grandes maestrxs; Mies Van Der Rohe con su less is more (menos es más), entiéndase como la ecuación -=+, y la otra parte de la ecuación evoca a Charles y Ray Eames con la frase: getting the best for the most for the least (dando lo mejor para la mayoría por menos), como la ecuación +x-10.

Un muro de tierra, de 37 metros de largo por 3 metros de alto configura la disposición de los espacios de la casa, situada en la ciudad de Luque.
La vivienda se ubica en un área con abundante vegetación, en la zona de mayor altura en relación al barrio, que antiguamente era una estancia rural de gran extensión, que fue loteándose a medida que la urbanización avanzaba.

Con una reserva de bosque muy próxima a la vivienda y contrariamente contigua a una pista de motocross, el objetivo de la implantación, de tipología lineal, fue obtener las mejores condiciones climáticas utilizando estratégicamente las características del microclima del bosque, las propiedades térmicas de la tierra y las ventilaciones naturales, también dirigidas mediante conductos subterráneos a los espacios interiores, manteniendo la temperatura promedio de 24 grados de la tierra.

Vivienda de Tierra Líquida, 2022. | Oficina de Arquitectura X

Programa: Vivienda Unifamiliar

La obra de este nuevo estudio de arquitectura, liderado por la arquitecta Nicole Jaquet y el ingeniero Felipe Ramírez, apuesta a una arquitectura experimental, en la cual la materia juega un rol estructural. El programa se desarrolla en un lote de 6 metros de ancho y 25 metros de largo, ubicado en la ciudad de Fernando de la Mora. Los espacios de la vivienda se disponen en torno a un patio que articula todos los ambientes y a su vez permite una ventilación natural eficiente.

«La casa se concibe como una caverna, con aberturas que parecen perforaciones en los muros, dejando filtrar los rayos solares y entrever los espacios como tratamiento de arquitectura estereotómica, siendo la luz dibujada sobre los espacios en penumbras. En el interior, la planta totalmente fluida y continua, los espacios se definen solo a través de muros y recorridos como si de una cueva se tratase» [11].

La construcción se realiza con la técnica del vertido, utilizando la tierra como pieza de “fundición”, volcándola entre los encofrados que moldearán sus paredes, permitiendo una plasticidad, que logra, en el muro en fachada, unas perforaciones que tamizan la luz que ingresa al interior en forma de rayos, creando una atmósfera mística.

Edificio VLS 726, 2021. | Arq. José Cubilla

Programa: Viviendas Multifamiliares

La obra del arquitecto José Cubilla, premio Global de Arquitectura Sostenible 2021, otorgado por la Cité de l´Architecture et du Patrimoine, Francia, entre otros premios y reconocimientos, es ya referencial en muchos aspectos.

Como antecedentes a este edificio, viene desarrollando obras y diversas experimentaciones en tierra compactada desde hace algunos años, la “Vivienda Takuru”, vivienda unifamiliar, en el interior de Paraguay y más recientemente “Mirkina”, otra vivienda en tres niveles, en las afueras de Asunción, son ejemplo de estas experiencias.

Ubicado en un pequeño lote urbano ( 8,40 metros x 25 metros), una caja de tierra emerge en el barrio Las Mercedes, Asunción. Este desarrollo habitacional en altura, propone unidades compactas de viviendas, en un entorno en transformación.

«Nuestras ciudades se van densificando, se van complejizando de manera desordenada. La migración del campo, trae esta manera de vivir rural, muy linda, muy abierta e interesante, pero se encuentra con los problemas de una ciudad colapsada, es nuestro deber atender estas cuestiones y actuar con respecto a eso, a veces tenemos que decodificar ciertos lugares como arquitectos para entender y actuar inteligentemente sobre ellos» [12].

Este edificio surge como respuesta a estas inquietudes, leyendo las condiciones del lugar y del barrio en el que se inserta. Es un proyecto de unidades para alquilar, en cuatro niveles de muro de tierra compactada, “toda una revolución para nuestros espacios domésticos urbanos”.

Se plantea el retiro de uno de los linderos para proponer una galería abierta y ventilada, con un filtro verde compuesto de una malla metálica con diferentes especies vegetales nativas. Estas decisiones generan un edificio de bajo impacto, generoso y respetuoso con el entorno.

El gesto de la pequeña plazoleta de acceso, regala al barrio un espacio para respirar y contemplar, para transitar y esperar.